Como persona que vive con diabetes tipo 1, mantenerme al día con mi salud (controlar mis niveles de glucosa en sangre, los carbohidratos y la ingesta de insulina) puede parecer un trabajo de tiempo completo. Sin embargo, no permitiré que eso me impida alcanzar mis objetivos como atleta universitaria de pista y campo.
Me diagnosticaron diabetes tipo 1 en octavo grado. Recuerdo que tenía mucha sed, fatiga y la sensación de que algo no iba bien. Cuando me diagnosticaron, no conocía a nadie más con diabetes tipo 1, por lo que fue un momento confuso y difícil para mí. Estaba triste por haberme pasado a mí, no estaba segura de qué hacer a partir de ahí y no estaba segura de cómo manejarlo. Una vez que pude desarrollar un cronograma constante con mis médicos, comenzar un plan de tratamiento y comenzar a usar tecnología como bombas de insulina y monitores continuos de glucosa, comencé a aprender los conceptos básicos de la diabetes y a adaptar mi vida en consecuencia.
Cuando me diagnosticaron la enfermedad, pensé que no podría volver a correr en pista, pero mi padre me animó a hacerlo y, con la orientación de mi médico, no solo pude recuperar la fuerza que tenía antes del diagnóstico, sino que también pude correr más rápido y mejorar para poder lograr mi objetivo de correr en pista y campo en la universidad y más allá.
A veces, el diagnóstico de diabetes puede ser un desafío para mantener mi salud y asegurarme de que estoy haciendo lo que tengo que hacer para mantenerme saludable. Desde llevar una dieta equilibrada hasta contar los carbohidratos y asegurarme de que recibo la cantidad correcta de insulina para mantener un nivel saludable de azúcar en sangre, hay mucho que hacer para garantizar que pueda vivir una vida plena y saludable y, al mismo tiempo, alcanzar mis objetivos deportivos, personales y académicos, pero no es imposible.
Mantener una actitud positiva y contar con un sistema de apoyo sólido es tan importante como controlar los niveles de glucosa. Agradezco a mis padres, compañeros de equipo, entrenadores y preparadores físicos por estar siempre ahí para ayudarme a perseguir mis sueños. Es cierto que no hay días libres cuando se vive con diabetes, pero recibir un diagnóstico no significa que haya que rendirse. Créanme: vivir con diabetes no los detendrá.